Preguntas y respuestas sobre el uso de armas y la defensa personal
Por Josué Hernández
2.- ¿Es pecado tener un arma de fuego?
3.- ¿Qué pasaría si un cristiano armado mata a una persona en defensa propia?
4.- ¿Pecó?
¿Tengo derecho portarla porque la ley permite cierto calibre?
¿Qué tengo que hacer cuando sea atacado?
¿O corresponder o dejar que sea atacado?
¿Es asunto de opinión esto de portar un arma de fuego?
¿Hay algún pasaje bíblico que permita o prohíba esto?
Mis respuestas van en letra negrita.
1.- ¿Es lícito que
un cristiano porte un arma?
En la historia de humanidad el individuo ha tenido acceso,
y ha ocupado las armas para su protección, ya sea de bestias salvajes como de
hombres que se comportan como tales. También las armas han sido ocupadas para el
ataque, la defensa y el establecimiento del orden de una nación.
Sin duda, muchas veces las armas han sido utilizadas para
el pecado, y de esto mismo es de lo que hablaremos enseguida.
Todo instrumento contundente puede ser un arma, y puede
servir de defensa o ataque. Por lo tanto, la intención es la que cuenta en gran
manera aquí. Dicha intención ha de ser sopesada a la luz de la palabra de Dios
(Num. 35:16-25; Deut. 19:4-5). También, las diferentes leyes civiles, y lugares
donde se aplican, cuentan mucho en todo esto.
Un cristiano responsable puede conseguir el permiso gubernamental
para portar un arma. El en primer siglo muchos ciudadanos portaban alguna arma
para defensa personal en los viajes peligrosos y Roma lo permitía (Rom. 13:1-3;
Luc. 22:36).
En toda casa hay instrumentos que sirven de arma
(cuchillería, herramientas etc.) Un “arma” es toda herramienta de agresión útil
para la caza y la autodefensa.
2.- ¿Es pecado tener un arma de fuego?
No, no es pecado. Un arma es un objeto
amoral. Las armas no son malas, las personas que las usan mal lo son. Sin
embargo, la mantención irresponsable y el uso indebido de un arma, de cualquier
tipo que sea, puede llegar a ser raíz de mucho dolor y pecado.
Cristo dijo a sus discípulos: “Pues ahora, el
que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada,
venda su capa y compre una” (Luc. 22:36). La espada mencionada por Cristo sería
necesaria para la defensa de antisociales de aquel tiempo, no para atacar a los
oficiales del gobierno. Muchos lugares estaban repletos de ladrones (Luc.
10:30; 2 Cor. 11:26).
“Aunque había
peligros en el área donde habían ido predicando (10:30) bajo la Comisión
Limitada (Mat. 10; Luc. 10), estaban entre su propio pueblo que les ofrecía
hospitalidad. Era misión pacífica. Ahora habría más peligros para ellos cuando
predicaban bajo la Gran Comisión (Mat. 28:19). Desde luego, no se usa la espada
para llevar a cabo la obra del Señor ni para evitar persecuciones, pero sí
deberían defenderse de los ladrones y asaltantes. Algunos piensan que Jesús
habla de espada en sentido
figurado, pero es tan literal como bolsa, alforja y capa. La espada que Pedro
usó para cortar la oreja de Malco no era figurada.” (Notas sobre Lucas, Wayne Partain).
3.- ¿Qué pasaría si un cristiano armado mata a una persona en defensa propia?
4.- ¿Pecó?
Primero, debemos definir “persona”. ¿De
qué clase de persona estamos hablando? ¿De un criminal que entra a nuestra casa
con la intención de violar a nuestra esposa e hijas? ¿De un criminal que
procura quitarnos todo incluso la vida?
Segundo, la defensa personal no está
prohibida por Dios en las páginas del Nuevo Testamento. Por lo tanto, la
defensa legítima no es un pecado ante la ley de Cristo. No hay pasaje que
condene la defensa personal de quien levantó su mano para quitarnos la vida o
abusar la integridad de nuestra familia.
Tercero, el odio, el contraataque carnal
y la venganza personal son los pecados prohibidos por Cristo (Ej. Mat. 5:43-48;
Rom. 12:17-21).
Cuarto, la prevención es crucial.
Necesitamos orar “que seamos librados de hombres perversos y malos” (2 Tes. 3:2). Y
debemos velar por movernos con prudencia en medio de una generación de gente peligrosa
y feroz (2 Tim. 3:1-5). Debemos cuidarnos, los lugares y horarios de peligro
debemos evitarlos para no tentar al Señor (Mat. 4:7).
Quinto, a veces será necesario tomar
medidas preventivas mayores. Por
ejemplo, hace unos años vivía en un barrio muy peligroso. En la puerta
de mi casa se vendían drogas. Me cambié al otro lado de la ciudad.
¿Tengo derecho portarla porque la ley permite cierto calibre?
No sé si el lugar dónde usted vive lo
permita. Si lo permite, usted no está violando la ley gubernamental y si toma
todas las medidas no hay pecado involucrado.
¿Qué tengo que hacer cuando sea atacado?
La mejor defensa es evitar el peligro
dentro de lo posible, huir no es cobardía en un caso semejante. Pero, a veces
no se podrá correr y será necesario evaluar la situación para defenderse
eficazmente.
También debe evaluarse el lugar del
ataque, ¿es su propia casa? ¿Es la vía pública? ¿Está usted solo? ¿Hay más
personas que podrían ayudar o está usted en desventaja total?
En una ocasión, cuando yo era adolescente,
fui atacado por varios que me redujeron a golpes en un lugar público. Ellos
querían quitarme el dinero que con tanto esfuerzo gané de mi trabajo. Era
inútil conversar con ellos y hacerles razonar, así que debía entregar el
dinero. Sin embargo, aproveché la distracción de un transeúnte que pasaba y
salí de en medio de ellos, no sin antes golpear a quienes me sostenían. Luego, hui
de la pandilla.
¿O corresponder o dejar que sea atacado?
No es sabia tal acción, sería un grave
error contra la propia integridad. Cristo nos ha redimido para que le sirvamos
con todo nuestro ser (1 Tes. 5:23). Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo
(1 Cor. 6:19). Servimos y somos útiles a muchos que nos necesitan (familia,
iglesia, sociedad). Si podemos evitar el ataque y huir, entonces debemos
hacerlo. Si, evaluando la situación, podemos defendernos, entonces debemos
hacerlo. En un caso semejante, hay poco tiempo para pensar, y este poco tiempo
debe ser aprovechado.
¿Es asunto de opinión esto de portar un arma de fuego?
Creo que sí. Pero, también creo que el
asunto debe estudiarse más en la hermandad. Hay muchos pasajes que se tuercen,
tales pasajes hablan de la persecución del gobierno romano, o del amor a los
enemigos, pero no hablan de la defensa
ante un asesino o violador.
¿Hay algún pasaje bíblico que permita o prohíba esto?
Debemos amar al prójimo, en esto se
incluyen los mismos delincuentes (Mat. 22:39).
Debemos amar a nuestra mujer e hijos, que
tienen prioridad frente a los delincuentes (Ef. 5:23-26; Mat. 24:43).
Debemos evitar que el ladrón saquee
nuestro hogar. Según Cristo, un buen hombre “no
dejaría” bajo ninguna circunstancia que un ladrón entrara en su casa (Luc.
12:39).
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